Que fácil se inclina la balanza. Basta con que solo pase una cosa y la balanza se desarma y caes en duda.
Esa obsesión de querer que todo este bien, que todo sea perfecto, que todo cumpla con tus expectativas que repites todo el día en tu mente hasta que llega el momento de cumplirlas. Pero, no se cumplen...al menos no tal y como lo pensabas, ocurre una especie de "expectativa normal", las que te repiten en consuelo de pensar " a lo mejor yo pido mucho", pero y ¿si no es así ?...
Entonces tu balanza va de arriba a abajo sin cesar, piensas, te revuelves la cabeza pensando, se te revuelve el estómago...se te revuelven las ilusiones. Y pensamos, que mierda es lo que se supone que debe pasar y como cresta tenemos que aceptarlo.
¿Tan difícil es?, ¿tan complicado es querer sentir ese bienestar que por un instante parece que será infinito?, pues no, o al menos eso opino. No creo que este tan fuera de lugar pensar que el mundo se manifestará de tal forma en que tu no sufras una clase de decepción común, y todos dicen que es mejor no hacerse ideas de nada...pero creo que eso es un consuelo de tontos, al fin y al cabo, todos hemos querido algo que nunca paso.
Y entran las excusas: el tiempo, "no lo pensé", el clima, "no creí que necesitarás eso", la ocupación, "mejor mañana"...no podemos ser prioridad de todos los que nos rodean, más bien, no podemos esperar que nuestras prioridades sean iguales a las de los que nos rodean.
Entonces nos comenzamos a calmar, a pensar que no todo siempre será así (otra ilusión), y pensamos que después de todo, nos es tan terrible, solo que la "conformidad" nos molesta, no porque creamos merecer más, si no porque pensamos que valemos más para los otros...