Tantas cosas han pasado este año, me enamore de nuevo los 365 días, conocí a los verdaderos amigos, no como esos que apuñalan por la espalda e inventan caguines o peor aún, te mienten.
Lloré, me decepcioné, guardé rencor, sentí (siento) celos, sufrí.... lloré de felicidad y reí hasta las lágrimas, aprendí que no todas las personas son confiables, que duele perder o ver objetivamente las cosas a veces.
Y por eso fue un año de madurar, de definirse, de opciones...Opciones que también duelen a veces, creo que aún me faltan conversaciones, me faltan desahogos pertinentes con un felino, necesito hablar para poder sacar esas cosas de mi inconciente.
Este fue un año de emociones fuertes, de sentimientos puros y profundos, puedo decir con certeza que fui muy feliz, que disfruté lo que la vida me dio y no me arrepiento de nada.
En fin, año que para mi aún no termina, pero por alguna razón el reloj está adelantado y no puedo negarme al paso del tiempo, aún debo aprender a despegarme de las cosas y/o situaciones, por hoy esa es mi meta, ya que el despegue de las personas puede llevarme momentaneamente a un colapso emocional innecesario por ahora.